La historia del Rooibos comienza en la hermosa región de Cedarberg, Sudáfrica, a principios del siglo XX. Allí, los lugareños descubrieron que las finas hojas en forma de aguja de la planta “Aspalathus Linearis” podían hacerse un rico té aromático. Con gran dedicación, cosecharon estas plantas, las cortaron y las golpearon, y luego las dejaron fermentar antes de secarlas al sol.
El Rooibos es una hierba que no tiene cafeína, lo que lo hace ideal para toda la familia. Quienes lo consumen dicen que ayuda a calmar dolores de cabeza, mejora los patrones de sueño y facilita la digestión.
Además, las semillas de Rooibos se plantan en febrero y marzo y se cuidan durante 18 meses antes de cosecharlas. Luego, el Rooibos se corta en trozos uniformes y se aplana entre rodillos, lo que inicia el proceso de fermentación y le da su sabor y aroma característicos.
Por otro lado, el Rooibos está lleno de antioxidantes y otros nutrientes, como vitamina C, flavonoides y minerales. Esta infusión ofrece olores naturales muy agradables, y su sabor es dulce, afrutado y suave.
Para disfrutarlo, simplemente usa agua potable o de baja mineralización. ¡Prepárate para saborear una deliciosa taza de Rooibos Natural y compártela con toda la familia!










